Seguridad

Las 10 claves para mejorar el rendimiento de un ordenador

Trabajar con un ordenador que no ejecuta las órdenes de manera rápida puede afectar, y mucho, a la productividad de cualquier persona, causando, incluso, un estrés más que innecesario. A continuación, unas sencillas y eficaces medidas para mejorar el rendimiento de cualquier PC, según el líder en ciberseguridad ESET.

“Hace años, casi todos los problemas en nuestros dispositivos tenían que ser resueltos por un técnico. Sin embargo, hoy en día Windows ya permite a los usuarios realizar por sí mismos muchos ajustes, que, siendo sencillos, pueden marcar una enorme diferencia en cuanto al rendimiento de los dispositivos y a la experiencia de usuario”, comenta Josep Albors, Director de Investigación y Concienciación de ESET España.

¿Cómo disponer de un equipo más rápido y productivo?

- Hacer limpiezas recurrentes de archivos.

¿Cuándo fue la última vez que fue limpiada la carpeta de descargas del PC? No hacerlo nunca puede ser una de las razones por las que el ordenador no esté funcionando con un rendimiento óptimo. Para conseguir solucionarlo, lo ideal es revisar periódicamente la carpeta de descargas y todos los demás lugares donde se guardan los documentos, fotos o vídeos, eliminando todo lo innecesario. Además, se puede utilizar una unidad de copia de seguridad o almacenamiento en la nube de aquello que no se necesite a diario.

- Gestionar las aplicaciones.

Lo ideal es ir al menú de inicio y acceder a la configuración del sistema, en la parte izquierda, y pinchar en aplicaciones y aplicaciones instaladas, para revisar la lista de todo el software de un ordenador. Si hay algo que no se necesita, seleccionar desinstalar, con lo que se ahorrará espacio, optimizarando la actividad en segundo plano.

- Limpiar el almacenamiento.

Desde Windows 10, Microsoft ya incluye una ingeniosa función llamada Storage Sense para tener una mejor idea de cómo se está utilizando el almacenamiento de un PC, gestionando Windows la limpieza de cualquier equipo, en vez del usuario. Así, se pueden eliminar automáticamente los archivos temporales, se puede vaciar la papelera de reciclaje o también eliminar los archivos descargados más antiguos. Hay que ir al menú de configuración, hacer clic en sistema (columna de la izquierda) y elegir almacenamiento. Para evitar que Windows borre algo que es mejor conservar, mejor hacerlo manualmente en el apartado de almacenamiento, seleccionando Recomendaciones de limpieza.

- Gestionar las aplicaciones que se necesitan en el arranque.

Cuando un PC tarda demasiado en arrancar al encenderlo se crea cierta frustración. Para mejorar esta situación, lo ideal es limitar las aplicaciones a las que se les da permiso para que se inicien automáticamente al inicio de la sesión. Para conseguirlo: ir al menú de inicio y buscar el administrador de tareas. En la parte izquierda de esa ventana, pulsar sobre la pestaña Inicio, donde es más que probable descubrir qué aplicaciones, que muy pocas veces usan, se inician nada más encender el PC. Una vez seleccionada una aplicación, pasar el ratón sobre ella, haciendo clic con el botón derecho, para marcar la opción Deshabilitar.

- Ajustar la configuración de privacidad.

Resulta perfecta para acelerar un ordenador, y también para controlar el uso que hacen las aplicaciones de aquellos servicios como la ubicación o micrófono. Para lograrlo, volver a la sección de configuración en el menú de inicio, elegir el apartado privacidad y seguridad y, en permisos de aplicaciones, repasar cada uno de los puntos que más interesen, como localización, cámara o micrófono, desactivando el acceso de las apps que no necesiten esos servicios.

- Gestionar el rendimiento energético.

Para realizarlo, en la sección de configuración de Windows, ir al apartado de Sistema y entrar a la sección Energía y suspensión, escogiendo el modo equilibrado o el de mejor rendimiento energético, si se tiene poca batería. Sin embargo, si el PC está enchufado a la corriente y va bastante lento, entonces elegir mejor el modo Mejor rendimiento.

- La opción de desactivar los efectos visuales.

A pesar que consiga que la experiencia como usuario sea menos atractiva, porque se desactivan animaciones, se trata de un sacrificio que merece la pena hacer si el PC va realmente lento. Para lograrlo, ir a la configuración, seleccionar el apartado Accesibilidad y luego Simplificar y personalizar Windows, desactivando tanto los efectos de transparencia como los de animación.

- Actualizar el sistema operativo.

De este modo, es posible mejorar potencialmente el rendimiento de algunas aplicaciones específicas, haciendo que la experiencia general sea mucho más fluida. Para ver si hay actualizaciones disponibles, acceder al menú inicio y escribir Windows Update. Aparecerán todas las actualizaciones disponibles. Para actualizarlo hay que hacer clic en descargar e instalar. Además, mucho mejor ir echando un vistazo a este menú de vez en cuando.

- Buscar posibles amenazas.

Se puede evitar que el escáner se ejecute en segundo plano optando por hacer escaneos manualmente, siempre comprobando que se ha ejecutado la última versión del software de seguridad escogido. También se puede optar por utilizar el escáner online de ESET.

- Resetear el PC.

No es lo mismo que formatear completamente el ordenador, pero se trata de la última medida que se puede hacer en casa sin pedir ayuda profesional. Si ninguno de los consejos de esta lista ha funcionado, y se pretende contar con una versión casi nueva del PC, resulta perfecto optar por reiniciar el dispositivo. Para ello, hay que ir a configuración, entrar en el apartado Actualización y seguridad y elegir la opción Recuperación. Después hay que elegir si conservar los archivos o eliminarlo todo para un restablecimiento de fábrica. Además, mejor guardar siempre una copia de seguridad de todos los documentos e información más importantes.

Por otra parte, ESET también añade que no es bueno dejar que el ordenador funcione durante días sin parar sólo se prevé que tardará un tiempo frustrante en arrancar. En vez de apagarlo, se puede dejar que entre en reposo, reiniciándolo cada dos o tres días. Y es que reiniciándolo sí conseguimos que se realicen todas las instalaciones y actualizaciones necesarias, cerrando todas las aplicaciones.