Android resulta goloso a los cibercriminales por sus brechas de seguridad

«Las estadísticas muestran que las aplicaciones de malware pueden llegar a Google Play esquivando las numerosas medidas de seguridad puestas en marcha por la propia Google. Muchísimas veces se trataba de apps que suplantaban a otras aplicaciones legítimas. Ahora mismo, instalar una solución de seguridad que detecte las aplicaciones con funciones maliciosas que son descargadas por nosotros cada día en nuestros dispositivos, resulta básico», comenta Ángel Victoria, director general G DATA Software Iberia
Las actualizaciones de Android, o el complejo proceso que siguen hasta que alcanzan el usuario final y, consecuentemente, la fragmentación de sistemas que originan, forman uno de los principales frenos a la seguridad de la plataforma. Teniendo presente que las vulnerabilidades del software, y del hardware, aparecen a intervalos cada vez menores, esta casuística expone especialmente a los millones de tablets y smartphones que funcionan alrededor del mundo.

De la mano del lanzamiento de Android 8.0 (Oreo), Google quiere atacar la fragmentación de su plataforma con lo que ha denominado Proyecto Treble. Es decir, reorganizando la arquitectura de Android evitando los habituales cuellos de botella provocados por los fabricantes de terminales y por los operadores cada vez que se lanza una nueva versión del sistema operativo de Google. En teoría, Pixel y Nexus no serán los únicos dos terminales que reciban las actualizaciones con la agilidad necesaria de la industria cibercriminal. Éstos, sin duda, quieren hacer su negocio a costa de los smartphones Android, los cuales hoy en día ocupan el 73% del mercado mundial de terminales.